jueves, 28 de agosto de 2014

Locura ¿transitoria?

Me quitas el sueño y me devuelves su plural.
Haces que renazcan mis ganas de lanzarme al precipicio
y disipas las dudas en torno al vacío, porque sé que estarás
para llenar mi sonrisa al mínimo gesto.

Llámame cursi pero no he encontrado nunca un camino
tan floreado y lleno de luz como en el que te encontré.
Porque me encontraste y ya solo pienso en cualquier
verbo conjugado contigo (conmigo).

No me sale escribir cuando estoy feliz, cuando tengo tanto
por lo que sonreír que mis letras se amontonan y mis palabras
se bloquean en un mar de balas de poesía cargadas de gamas de ti.
Pero ahora solo tengo ganas de escribirte y (des)cribirte mientras
me miras con una sonrisa que querría que me acompañase el resto
de amaneceres, yo qué sé.
Soy de creer en el 'aquí y ahora' pero contigo me lanzo
a dibujar un futuro.

Quiero desvestir tus miedos o dudas y vestirte de tu mejor tú.
¿Me dejas?.

Quiero hacerte feliz y presumir del sonido de tu risa por mi culpa
por todas las ciudades que tengan el privilegio de tenerte por ellas
recorriéndolas.

Quiero hacer mil planes y deshacer tus monstruos o lanzarme contigo
a combatirlos sin piedad en una guerra a contracorriente, para ganarla de la mano
y sonreír a todo el tiempo que nos espera impaciente en mil lugares.

Quiero que me mires y te mire, y el pasado deje de existir porque el presente
nos ocupa del todo.

Quiero que tu voz acompañe mis madrugadas y mis tardes y mañanas,
que tus pasos se acompasen a los míos.

Quiero empaparte de ti, saberte de memoria, leerte mil y un millón de noches, de días,
de segundos y de horas.

Quiero aprenderme de memoria aquello que odias y hacer que veas su lado bonito,
que me enseñes todo aquello que te encanta y compartirlo contigo.

Yo qué sé, quiero descubrir todo
lo que te vuelve loca y perderme en tu locura,
o volverte loca, porque acabo de descubrir que yo ya lo estoy, completamente (por ti).

martes, 12 de agosto de 2014

¿En qué piensas?

¿En qué piensas?


Es increíble, 
inteligente,
muy guapa,
sabe dibujar y escribir como nadie;
también sabe hacerme sonreír y reír,
mirar el mundo de otra forma
echarla de menos de una manera criminal.

También se inventa reglas que no existen, 
es mi habitante de Narnia preferida, me llena los bolsillos de ilusiones,
mata mi monotonía y lidera 
mis sueños.
Y tiene una manía muy grande, no cesa de preguntarme qué pienso.


¿Cómo explicas a alguien que tus sonrisas llevan su nombre,
que es preciosa hasta cuando se ríe de ti,
que ha matado tus demonios con la bala de su presencia,
que los monstruos han huido desde que te imaginas con ella,
que no existe el tiempo perdido porque con una palabra recupera
todos los instantes en los que la necesitas a centímetros,
que la poesía se queda corta cuando intentas describirla
que tus ganas se visten de gala cada vez que te nombra,
que desearías que tu estación favorita acabase para recorrer
con ella mil y un estaciones, perdiendo millones de trenes
porque no están a su altura;
que los principios se antojan eternos a su lado,
que viajar por cada país del mundo solo vosotras, se quedaría corto
para representar todo el tiempo que quiero invertir en su futuro,
que los poetas se equivocaban, que los médicos fallaron;
mi locura tiene cura y son sus labios?.


Entonces me pregunto cómo plasmar en una frase lo que pienso,
pero solo se pasean por mi cabeza los planes (improvisados) que me debe,
los amaneceres acariciando su espalda,
las noches susurrando en su oído,
los bailes a tientas sin pisarnos,
las canciones vacías que ahora se llenan al nombrarla,
los besos y pérdidas pendientes.

El nerviosismo que circula por mis venas cada vez 
que me escribe,
la sonrisa que se me adelanta,
que me delata cuando repaso todo ello en mi cabeza.

No, no sabría describirte lo que pienso,
porque eres mi secreto a voces 
y mi locura preferida.



Entonces resuena en mi cabeza...
pero ¿en qué piensas?

                 y mi sonrisa grita; 
en ti, idiota.


Suerte es dar nombre a su sonrisa.

Suerte es dar nombre a su sonrisa.

En un día decadente cualquiera, entraste despacito y de puntillas
como quien entra sin llamar y teme ser descubierto.
Como un ladrón en medio de la noche, entrando simplemente
a observar uno de los cuadros de la galería más importante del mundo.

Entraste, cuando mi vida estaba en aquel precipicio imaginario,
en el instante en que sorteaba mis letras al mejor postor,
prostituía mi valentía por quien se atreviese a mirarme a los ojos
y mentirme de manera tan bonita que sonase a certeza (ocultando 
las dudas y los sinsentidos de cada palabra).

Pero solo recuerdo oscuridad y el abismo de la indiferencia,
cuando en medio de la nada, al abrir los ojos; allí estabas.
No sé cómo ni cuándo, tan solo podría intentar describir
la manera en que pusiste mi caos patas arriba estableciendo
como único ideal el que escondía tu sonrisa (acabaría
por ordenar mis ve(r)sos de manera que solo te imaginasen a ti en ellos).

Te acercaste a mí sin miedo, pese a atisbar un reflejo de tristeza
al fondo de mi sonrisa;
y en vez de callar mis voces, asustarte ante mis demonios
o dar la espalda a mis puntos suspensivos...
Pusiste el hombro y una sonrisa hasta hacerme ver
el mundo de una manera más bonita, contigo.

Ahora me abrazas como quien no teme al destino,
porque no existe.
Como la niña inocente que esconde las manos tras la espalda
cuando ha lanzado la piedra cargada de sueños hacia
un futuro mejor.

Ahora que me miras, el pasado es una lista de anécdotas,
el presente quiere compartir nombre con nosotras y el futuro me ilusiona; 
como el novato artista ante su primera canción compuesta.

Ahora que te ríes, el mundo calla sus gritos infernales,
silencias el pesimismo y las canciones de amor empiezan
a sonar bien.

Ahora que sé que me sonríes, Roma ha dejado de ser una ciudad
para tener sentido en su orden inverso y todos los caminos 
saben llevarme hacia ti.
De hecho, se ha teñido de mil colores el gris de mis noches
la Luna ha dejado de ser mi musa preferida
y mis ojos no cesan de buscarte (mientras mi cabeza solo
quiere perderte -entre mis brazos-).

Ahora que has decidido interrumpir mi vida,
como el hincha que empieza a cantar en medio 
de la multitud pese a que su equipo va perdiendo diez a cero;
puedo decir que mi suerte lleva tu nombre y se viste de ti.

jueves, 7 de agosto de 2014

Caos aleatorio o cómo definir lo indefinible


Caos aleatorio o cómo definir lo indefinible

La vida es muy puta porque si fuera la chica buena del cuento,
la pisaríamos tan deprisa que apenas tendríamos tiempo de sentirla bajo nuestros pies.
Y nunca entenderíamos la belleza de mirarla a los ojos mientras aprietas su mano.
La vida es esa chica que trae a todos de cabeza
y que te hace perderla con cada paso que da en la pista de baile.
La vida es la chica que espera que la saques a bailar como si fuera el último baile.

La suerte es para perdedores y el azar para los valientes.
La suerte es jugar en una ruleta trucada, en el casino más grande del mundo.
A la felicidad hay que mirarla a los ojos y nombrarla muy bajito, para no asustarla.
La felicidad es amor en presente.

El destino es la excusa de los cbardes.
La casualidad es azar sonriente.
La vida es un cúmulo de casualidades que desafían a un futuro destino.

El amor es una enfermedad que se contagia entre risas y miradas.
El amor es el ancla de los soñadores.
El amor es la bala más bonita y la bomba más atómica.
El amor es la ruina del miedo.
El amor es para los listos y el no correspondido, para los mortales.
El amor es la inspiración de todo poeta cuando la Luna se oculta.
Amor es no saber bailar y no pisarla.
Amor es que te acaricie los miedos y los rompa al mirarte.
Amor es llevarla a caballito cuando la ciudad queda a oscuras.
Amor es saltarte los semáforos en rojo por culpa de su sonrisa.
Amor es darle esquinazo al pretérito.
Amor es saltar al vacío porque tiene el eco de su risa, el tono de sus ojos.
Amor es tenderle la piedra (o el corazón) y no esconder la mano.
Amor es tumbar sus barreras, para tumbarte con ella.
Amor es sacar los monstruos de su armario y meterlos en el tuyo.
Amor es rechazar al sueño, por verla dormir en tu almohada.
Amor es escribir a pachas.
Amor es un sábado de fiesta, es un domingo con sabor a café y tostadas entre sábanas.
Amor es masoquismo y generosidad en mismas cantidades.
Amor es caer en sus ojos.
Amor es un ramo de rosas rojas y una caja de bombones empezada, pero deseando ser compartida.
Amor es la magia de los niños grandes.
Amor es el punto de la i de 'vida'.
Amor es comerte el mundo, empezando por tu cobardía.
Amor es gritar en el punto más alto de la ciudad, lo mucho que la necesitas.
Amor es parar el tráfico por seguir su ritmo, de la mano.
Amor es vagabundear entre farolas por guiarla de más.
Amor es dejarte caer en el barro y no fruncir el ceño.
Amor es un atardecer en la playa.
Amor es la meta de poetas, artistas y soñadores.
Amor es la carretera de su ombligo.
Amor es perder una y mil veces, ganando.
Amor es gritar a medias vuestra canción favorita y bailar bajo la tormenta.
Amor es un musical a dos voces.
Amor es un orgasmo y una risa compartida.
Amor es la película de la que siempre desearías saltarte el final.
Amor es la excusa que iguala al pobre y al rico.
Amor es un café con mucha nata, tarta de queso, helado de trufa.

La Luna es la musa más puta de todas.
La Luna es la farola de la oscuridad.
Las estrellas son ilusión de niños.

El olvido es utopía.
El miedo es la falta de ilusiones.
El miedo es atraso, es abismo.
El dolor es amor en futuro.
El dolor es amor en pasado.
El dolor es pérdida en presente.
El miedo es el fantasma que se cuela en todos los tiempos y formas.

Reír es la cura para la enfermedad que a veces es la vida.
Llorar es quitar las cadenas al corazón.
Llorar a cara descubierta es de valientes y llorar a secas, es de humanos.
Sonreír es una muestra de amor propio.
Sonreír es el preludio de Felicidad.

La música es heroína y droga sana.
La música es vida, es humanidad, emociones sin antifaz.
Las musas no existen, son espejismos del poeta.
Los poetas no existen, son espejismos de las musas.

Noche es el refugio de las musas, escritores; putas y masoquistas.
Noche es el telón del día.
Noche es el momento de los soñadores.
Noche es la aliada de los gatos negros, ciudades e historias de miedo.
Noche es sueño.

Poesía son sonrisas compartidas.                             
Poesía es su mirada en mi pupila.
'Poesía es un arma cargada de futuro'.
Poesía es cien pasos en falso y uno en lo cierto.
Poesía es cura y enfermedad.
Poesía es mezclar nostálgicos con noche.
Poesía es el resultado de batir letras con gramos de sentimientos, y kilos de recuerdos.
Poesía tiene nombre de mujer.
Poesía es indefinición, incoherencia, inconexión, fantasía, abstracción, locura, puntos suspensivos, sentimientos florecidos, punto y seguido.

Y definir, está infravalorado.


martes, 5 de agosto de 2014

De estaciones gastadas y sueños bonitos

Si quieres te invito a gritar desde el punto más alto de la ciudad;
podemos espantar a los fantasmas que se atrevan a salir de su hueco en los rediles del pasado.
Porque si miedo nos gana la carrera, que sea para caer abatido tras nuestras pisadas hacia cualquier camino improvisado, hacia destinos que nadie aún haya pisado.

Antes, deberíamos llenarnos los bolsillos de sueños, de los que se tejen despacito y con cuidado -como se hacen las mejores cosas, según las abuelas-
Y hay que mirar ambos lados, antes de cruzar la carretera por la que nos lleve la libertad,
aunque si quieres, cambiamos los planes y las reglas y nos saltamos los semáforos en rojo mientras los once taxis de Andrés Suárez nos esperan impacientes en la vía.

Pérdoname si se me escapa que quiero aprenderme los cien caminos que esconden tus manos,
las notas que se encierran en tu risa improvisada,
la banda sonora que se cuela en tus mañanas cuando el Sol da con tu piel, rozando tus ojos cerrados que esconden más sueños de los que pudiera imaginar, cualquier persona mediocremente normal.
Y lo siento si se me escapan las deudas que firman mis miradas con tu sonrisa.


Si quieres hacemos el verano algo más largo y le obligamos a regalarnos noches estivales el resto del año,
o jugamos a escondernos en los baños de la estación vieja y desgastada donde puede que choquemos por primera vez (testigo del abandono de nuestros trenes sinsentido que circulaban por vías rumbo a ninguna parte) haciendo que perdamos las maletas, el pasado y un par de sueños mal cicatrizados.

Pero puede y solo puede, que se nos junten las manos intentando recogerlos, hasta que un cruce de miradas desate la locura y se disparen mil balas de poesía cargadas de futuro y entonces, puede que entonces, olvidemos los giros de la Tierra, las promesas a la Luna y lo quemado por el Sol días y noches enteras.

Entonces, puede que nos hayamos encontrado, créeme, no miento si afirmo que con la sonrisa puesta y un par de ilusiones a cuestas, la vida es más bonita (y no se me ocurre forma más bonita de perderme, que encontrarte).


Reflexiones de un martes noche

Me he despertado con ganas de gritar un 'quiéreme hasta que duela' y que nos duela tanto, que tengamos que darnos la mano y perdernos en intercambios eternos de miradas cómplices sin echar cuenta del reloj impaciente.

También me he despertado con ganas de romper mis esquemas y pretextos,
de acabar con todos mis viejos textos (y temores), para lanzarme al vacío de sus silencios cómodos y al lleno que ocultan sus ojos.

No sé, me apetece saltarme las dudas y las palabras al vacío porque el abismo de tu sonrisa se me antoja más bonito, por ejemplo.

Nunca se me ha dado bien leer entre líneas pero tengo ganas de apostarlo todo, y perder(nos) si hace falta, 'doble o nada' me susurra mi suerte.

Los tiempos pasados amenazan con traer a Nostalgia de la mano como cada domingo -pero ese día de la semana ya no significa nada- cuando me encierro entre cuatro paredes pensando de más, queriéndome de menos, torturándome entre recuerdos de sonrisas gastadas y pasos en falso. Pero hace mil y una noches que la dejé abandonada (como se hace con una vieja amante) en el andén mientras cogía el primer tren rumbo a ninguna (y todas) partes.

Tampoco se me da bien escribir cuando el viento sopla a favor o cuando sé que me leen, porque entonces las musas se ríen mientras marchan al ritmo de cada palabra que se me escapa.

Tampoco se me daría bien salvarte, ni bailar o cantarte; prefiero improvisar(te), invitarte a descubrir mil rincones.

¿Pero sabes qué?, voy a saltarme el rol de 'poeta' melancólica que ¿debería? invadirme en noches como esta (o eso jura la costumbre) y voy a dejar las maletas en la estación para reírme mientras canto a voces mi canción favorita a la vez que persigo ese, -¿tu?- tren (que no pienso perder).