jueves, 26 de junio de 2014

Tiempos

La vida me muerde flojito y despacio, me araña los sueños un jueves cualquiera y rompe mis expectativas. 

El pasado y sus monstruos, me persiguen en una carrera frenética, por eso aprendí a huir.

El presente con sus amaneceres me entretiene con sus momentos efímeros, sueños instantáneos y frenadas en seco. 

El futuro me abruma, atemoriza, 
me golpea con piedras el tejado de (mi) indecisión y yo; 
yo desde hoy solo sabré sonreírle con la expresión de quien amenaza al cielo,
arder en el próximo atardecer.

Y solo sabré tenderle la mano a todos los puentes y oportunidades,
como el suicida que no teme saltar porque sabe que abajo le llama la libertad con cantos de sirena 
(y que se gira en la despedida a todos los fantasmas que retrató en su pretérito perfecto). 

Porque hoy y mañana (más que nunca) mis sueños apestan a futuro.
Bienvenido.
La vida me besa las heridas con el cariño de una madre,
la caricia de un amante,
la seguridad de un padre y el abrazo del amigo que nunca se irá. 

Todo un horizonte donde perderme, y las horas y las olas del azar me llaman. Habrá que saltar.

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