martes, 9 de septiembre de 2014

Viaje se escribe con'tigo',

'Déjame que me estrelle con tu boca',
deja que tus ojos se pierdan en los míos.
Y nuestras ganas empaten a necesidad 
mezclada con tintes de futuro.

Sube a la caótica caravana de mi vida,
yo pago la gasolina,
acelera,
abre la ventanilla, que escapen los miedos,
atropellemos las dudas.
Sonríe al horizonte que nos espera impaciente.
Sube el volumen, cántame a gritos que el mundo
no existe, que me quieres tuya. 
Cógeme de la mano.

Vamos a bajarnos en la primera estación de servicio,
perdamos las maletas,
recojamos mil instantes,
riámonos de la Luna
que no nos alcanza, que no te hace sombra.

Persigámosla desde el coche,
hasta quedarnos sin fuerzas.
Recorramos mil carreteras deseando ser descubiertas
por nosotras.
Abandonemos el camino, 
vamos a inventar el nuestro.

Salgamos al descampado,
gritemos al invierno nuestros sueños,
puede que te proponga huir del país,
abrázame por la espalda,
vayámonos a París.

El tiempo pasa por el espejo retrovisor,
tu sonrisa contra la mía,
agárrame fuerte,
no me sueltes,
'no sé nada del amor, pero si nos para la policía
diré que toda la droga es mía',
Cuelga tus pies de la ventanilla,
susúrrame que vas a cualquier parte
del mundo conmigo.

Bailemos cualquier canción que nos depare el camino,
no creo en el destino,
ni en la magia,
en que las canciones de amor no lleven tu nombre;
creo en que cada día es una razón más
para llamarte mi golpe de suerte particular.
Creo en ti y en mí.

Quiero una v(ida) contigo, sin billete de vuelta.




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